Alimentación casera para bebés
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La siguiente pauta alimenticia fue desarrollada como complemento a la leche materna, la cual se recomienda encarecidamente mantener al menos hasta el año de vida del bebé.
Durante los cinco primeros meses, el bebé debe consumir exclusivamente leche materna, salvo indicación del pediatra. Los primeros tres meses el lactante debe amamantar 20 minutos cada tres horas (periodo conocido como “libre demanda”) y desde el cuarto mes, las tomas de leche se realizan cada cuatro horas en el día, y en las noches continúa con libre demanda (se le da todas las veces que pida) La fuerza para succionar del lactante aumenta, por lo que el tiempo de amamantar se disminuye a un lapso de tres a cinco minutos.
A los cinco meses se comienza a dar jugo de zanahoria o manzana a las 11 horas. Se comienza con cucharaditas, hasta llegar a los 150 cc. El lactante no quedará saciado, por lo que después de este jugo hay que dar leche.
A los cinco meses y medio se reemplaza el jugo por fruta molida a las 11 horas. Conviene dar una fruta por vez para observar la tolerancia. Se aconseja no mezclar más de dos frutas por vez. La cantidad puede equivaler al volumen de una o dos manzanas. Deben estar crudas, de lo contrario, al cocerlas, pierden sus propiedades nutricionales más importantes. No debe usarse la cáscara, a menos que sean orgánicas.
Frutas recomendadas
Manzana, pera (no todos los días), cítricos (solo gotas), frambuesas, cerezas (dulces), durazno, mandarinas, arándanos, ciruelas, uva, frutillas (con especial atención para ver si el bebé tiene alergia; se recomienda darla después de los dos años), banana, damasco, kiwi (maduro, no ácido), chirimoya, mancaqui.
A los seis meses se introduce el almuerzo a las 11AM, que reemplaza la fruta molida. Se prepara con dos tipos de verduras máximo, ya que mezclar muchos alimentos hace que sean difíciles de digerir y, por otro lado, es importante que el bebé se acostumbre a paladear los sabores simples. Para evaluar la tolerancia, lo mejor es introducir variedades nuevas de verduras, siempre de a una por vez. Estas verduras se muelen con el tenedor y se les agrega dos cucharaditas de té de aceite. Puede ser de oliva prensado en frío, de linaza o de chía. Estos dos últimos son ricos en aceite omega 3. Debe mantenerse siempre refrigerado ya que a temperatura ambiente se pone rancio.
El aceite nunca se calienta. Siempre se agrega una vez que la comida ya está en el plato, sino se arruina sus buenas propiedades.
Los vegetales siempre se hierven al vapor o con tan poca agua que esta se evapore por completo y se conserve el sabor, textura y color. Nunca recocerlos, ni botar el agua en la que se los cocina, excepto el agua de la acelga o espinaca, que sí hay que eliminarla.
Es recomendable que en la semana hayan consumido variedad de verduras de raíces coloreadas (zanahoria y betarraga), hojas y tallo (acelga, espinaca, hinojo o lechuga cruda bien lavada) y verduras de fruto o flor (zapallo, zapallito, brócoli, coliflor).
En lo posible, no dar papa, ya que ésta no favorece el desarrollo del sistema nervioso, tan importante en esta etapa del desarrollo.
La comida, en lo posible, no debe congelarse, sino que prepararse en el día y guardarla máximo dos días en el refrigerador. Las comidas con acelga o espinaca no se pueden guardar, ni recalentar ya que se oxidan.
No debe agregarse sal. Puede añadirse una pequeña porción de verduras crudas como ensalada, como lechuga, zanahoria, pepino, etcétera.
La cantidad de comida que el bebé coma será progresivamente mayor, pudiendo llegar a los 350 cc. Ellos regulan lo que pueden comer.
Verduras recomendadas.
Zanahoria, hinojo, zapallo, zapallo italiano, pepino, coliflor, brócoli, kohlrabi, espárragos, betarraga, acelga, espinaca, porotos verdes, arvejas verdes, palta, lechuga, camote.
Vegetales no recomendados
Cebollas, ajo, puerro, pimentón, tomates, papas, berenjenas, lentejas, arvejas maduras, porotos de soja, porotos, maní, col blanco o rojo.
A las 19 horas se da fruta molida.
A los siete meses se agregan los cereales. Al almuerzo, a las verduras se le agrega cereales integrales. Tres cucharadas soperas colmadas de cereal integral cocido por vez, y se mantiene la cantidad de aceite.
Cereales recomendados
Arroz integral, avena arrollada o entera, cebada en perlas, trigo integral, mijo pelado, polenta o chuchoca, harina tostada, trigo burgol. Para después del año: quinoa, amaranto y trigo sarraceno.
Preparación de los cereales
Tostado: aproximadamente 10 minutos en una sartén sin aceite, hasta que esté apenas dorado. Se pueden tostar por adelantado y guardar en frascos una vez fríos.
Triturado: hasta que quede como harina. Solo se muele la cantidad que se va a usar en el momento (en el caso de los cereales más duros, como la cebada, el mijo, etc. Recomiendo molerlos después de cocidos, ya que toma mucho tiempo molerlos crudos)
Remojo: durante treinta a sesenta minutos en agua fría. Después se usa esa misma agua para cocer.
Cocción: depende del cereal. Normalmente viene especificado en el envase, pero pueden considerarse estos datos como orientación:
- avena instantánea, 5 minutos
- avena tradicional, 15 minutos
- mijo, 30 minutos
- cebada, 30a minutos
- polenta, 5 minutos
- chuchoca, 5 minutos
- harina de trigo, 15 minutos
- arroz, entre 20 y 40 minutos, según la marca
- quinoa, 20 minutos.
Reposo: dejar hinchar entre diez y quince minutos después de cocer, con tapa.
A los ocho meses cambian las proporciones en el almuerzo y la cena: ambas deben tener 50% de fruta o verdura (según horario) y 50% de cereal. La cantidad también es hasta 350cc. Cuando salen los primeros dientes, debemos hacerles sentir más la textura de los alimentos, con partes molidas con tenedor o picaditas finas.
A los nueve meses se agrega una cucharadita de té colmada de semillas u oleaginosas molidas, siempre crudas. No se cocinan, ni se tuestan para no recalentar los aceites que contienen, que de ese modo se arruinan.
Advertencia: Cualquier forma de comida sólida, especialmente frutos secos, es un factor de posible atragantamiento. Por favor asegúrese de supervisar a su bebé todo el tiempo mientras come, para protegerlos de un posible daño.
Semillas y oleaginosas recomendadas (sin tostar y sin salar)
Sésamo, linaza, maravilla, almendras, chía, zapallo, avellanas europeas (después del año), nueces, nueces pecanas y castañas de cajú. Los pistachos, nueces de macadamia y las castañas de pará son para niños mayores. Se consumen siempre crudas, sin cocinar ni recalentar.
A los diez meses se agregan dos cucharaditas de té de semillas molidas al almuerzo.
A los doce meses se puede agregar un huevo a la semana. Que cada vez que se note más la consistencia de las verduras y frutas. Se le puede comenzar a dar picado o rallado (según el ingrediente).
Esta pauta incluye indicaciones hasta el año de edad. Después de esto, se recomienda remojar los cereales duros de la noche a la mañana (doce horas aproximadamente) y no hacer el proceso de tostado ni molido de los mismos.
La mayoría de los pediatras concuerdan en que no conviene dar azúcar añadida a los niños, ni comidas altas en grasas saturadas, azúcares, transgénicos, etc. En relación a la sal, debe evitarse todo lo posible, ya que puede generar daño renal en los niños a largo plazo.
Se recomienda que las legumbres se añadan a la dieta a partir del año y medio de vida.
Algunos pediatras recomiendan la alimentación sin carne (ya sea roja o blanca) hasta los dos años; otros sostienen que desde el año, el infante está preparado para comer todo lo que se prepara en la familia (siempre que se limite la sal y el azúcar) Como Comunidad de la Biblia, recomendamos que toda la carne que se consuma siga los estándares dados por Dios en la Biblia, lea Alimentación bíblica.
Bendiciones.