La Fiesta de El Último Gran Día
La fiesta del Último Gran Día este 2022 se celebra el miércoles 19 de octubre (*):
Desde la puesta de sol del martes 18 de octubre.
Hasta la puesta de sol del miércoles 19 de octubre.
(*) Los días Santos comienzan a la puesta de sol del día anterior, es día de reposo.
Esta fiesta se celebra inmediatamente después de Tabernáculos, siendo el octavo día de la fiesta completa.
Vea: La fiesta de los Tabernáculos
Esta celebración se cumplirá inmediatamente a continuación del milenio, luego que el postrer enemigo sea destruido, es decir, la muerte; leamos Apocalipsis: 20.14-15 “Y la muerte y el Hades fueron lanzados al lago de fuego. Esta es la muerte segunda. 15Y el que no se halló inscrito en el libro de la vida fue lanzado al lago de fuego.” Ahora pasemos a 1 Corintios 15.26-28 “Y el postrer enemigo que será destruido es la muerte. 27Porque todas las cosas las sujetó debajo de sus pies. Y cuando dice que todas las cosas han sido sujetadas a él, claramente se exceptúa aquel que sujetó a él todas las cosas. 28Pero luego que todas las cosas le estén sujetas, entonces también el Hijo mismo se sujetará al que le sujetó a él todas las cosas, para que Dios sea todo en todos.”
Si usted no pertenece a uno de los grupos que guardamos esta fiesta en forma organizada, le sugerimos que este día, al igual que cualquier otro día de fiesta santa, lo dedique íntegramente al Señor, en oración, alabanza y estudio de la Biblia. Le será de gran utilidad el material que está a su disposición en nuestro sitio web. Ante cualquier duda, contáctenos a: contacto@comunidaddelabiblia.org
El Señor Jesús (Heb. Yeshúa: Salvación) guardó esta fiesta y su testimonio lo encontramos en Juan 7.37-39 “37En el último y gran día de la fiesta, Yeshúa se puso en pie y alzó la voz, diciendo: Si alguno tiene sed, venga a mí y beba. 38El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva. 39Esto dijo del Espíritu que habían de recibir los que creyesen en él; pues aún no había venido el Espíritu Santo, porque Yeshúa no había sido aún glorificado.”
El Ensayo del Último Gran Día comienza con el descenso de la Nueva Jerusalén, pasemos a Apocalipsis 21.1-27 y 22.1-21 “Vi un cielo nuevo y una tierra nueva; porque el primer cielo y la primera tierra pasaron, y el mar ya no existía más. 2Y yo Juan vi la santa ciudad, la nueva Jerusalén, descender del cielo, de Dios, dispuesta como una esposa ataviada para su marido.3Y oí una gran voz del cielo que decía: He aquí el tabernáculo de Dios con los hombres, y él morará con ellos; y ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará con ellos como su Dios.4Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas pasaron. 5Y el que estaba sentado en el trono dijo: He aquí, yo hago nuevas todas las cosas. Y me dijo: Escribe; porque estas palabras son fieles y verdaderas. 6Y me dijo: Hecho está. Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin. Al que tuviere sed, yo le daré gratuitamente de la fuente del agua de la vida. 7El que venciere heredará todas las cosas, y yo seré su Dios, y él será mi hijo.8Pero los cobardes e incrédulos, los abominables y homicidas, los fornicarios y hechiceros, los idólatras y todos los mentirosos tendrán su parte en el lago que arde con fuego y azufre, que es la muerte segunda. 9Vino entonces a mí uno de los siete ángeles que tenían las siete copas llenas de las siete plagas postreras, y habló conmigo, diciendo: Ven acá, yo te mostraré la desposada, la esposa del Cordero. 10Y me llevó en el Espíritu a un monte grande y alto, y me mostró la gran ciudad santa de Jerusalén, que descendía del cielo, de Dios, 11teniendo la gloria de Dios. Y su fulgor era semejante al de una piedra preciosísima, como piedra de jaspe, diáfana como el cristal.12Tenía un muro grande y alto con doce puertas; y en las puertas, doce ángeles, y nombres inscritos, que son los de las doce tribus de los hijos de Israel; 13al oriente tres puertas; al norte tres puertas; al sur tres puertas; al occidente tres puertas. 14Y el muro de la ciudad tenía doce cimientos, y sobre ellos los doce nombres de los doce apóstoles del Cordero. 15El que hablaba conmigo tenía una caña de medir, de oro, para medir la ciudad, sus puertas y su muro. 16La ciudad se halla establecida en cuadro, y su longitud es igual a su anchura; y él midió la ciudad con la caña, doce mil estadios; la longitud, la altura y la anchura de ella son iguales (Es un cubo de 2.200 kilómetros ó 1.367 millas de arista). 17Y midió su muro, ciento cuarenta y cuatro codos (65 metros o 213,25 pies), de medida de hombre, la cual es de ángel.18El material de su muro era de jaspe; pero la ciudad era de oro puro, semejante al vidrio limpio; 19y los cimientos del muro de la ciudad estaban adornados con toda piedra preciosa. El primer cimiento era jaspe; el segundo, zafiro; el tercero, ágata; el cuarto, esmeralda; 20el quinto, ónice; el sexto, cornalina; el séptimo, crisólito; el octavo, berilo; el noveno, topacio; el décimo, crisopraso; el undécimo, jacinto; el duodécimo, amatista. 21Las doce puertas eran doce perlas; cada una de las puertas era una perla. Y la calle de la ciudad era de oro puro, transparente como vidrio. 22Y no vi en ella templo; porque el Señor Dios Todopoderoso es el templo de ella, y el Cordero. 23La ciudad no tiene necesidad de sol ni de luna que brillen en ella; porque la gloria de Dios la ilumina, y el Cordero es su lumbrera. 24Y las naciones que hubieren sido salvas andarán a la luz de ella; y los reyes de la tierra traerán su gloria y honor a ella. 25Sus puertas nunca serán cerradas de día, pues allí no habrá noche. 26Y llevarán la gloria y la honra de las naciones a ella.27No entrará en ella ninguna cosa inmunda, o que hace abominación y mentira, sino solamente los que están inscritos en el libro de la vida del Cordero. Apocalipsis 22 “ 1Después me mostró un río limpio de agua de vida, resplandeciente como cristal, que salía del trono de Dios y del Cordero. 2En medio de la calle de la ciudad, y a uno y otro lado del río, estaba el árbol de la vida, que produce doce frutos, dando cada mes su fruto; y las hojas del árbol eran para la sanidad de las naciones. 3Y no habrá más maldición; y el trono de Dios y del Cordero estará en ella, y sus siervos le servirán, 4y verán su rostro, y su nombre estará en sus frentes. 5No habrá allí más noche; y no tienen necesidad de luz de lámpara, ni de luz del sol, porque Dios el Señor los iluminará; y reinarán por los siglos de los siglos. 6Y me dijo: Estas palabras son fieles y verdaderas. Y el Señor, el Dios de los espíritus de los profetas, ha enviado su ángel, para mostrar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto. 7¡He aquí, vengo pronto! Bienaventurado el que guarda las palabras de la profecía de este libro. 8Yo Juan soy el que oyó y vio estas cosas. Y después que las hube oído y visto, me postré para adorar a los pies del ángel que me mostraba estas cosas. 9Pero él me dijo: Mira, no lo hagas; porque yo soy consiervo tuyo, de tus hermanos los profetas, y de los que guardan las palabras de este libro. Adora a Dios. 10Y me dijo: No selles las palabras de la profecía de este libro, porque el tiempo está cerca. 11El que es injusto, sea injusto todavía; y el que es inmundo, sea inmundo todavía; y el que es justo, practique la justicia todavía; y el que es santo, SANTIFÍQUESE TODAVÍA (destacar que sólo se pide a los santos que se sigan apartando para Dios). 12He aquí yo vengo pronto, y mi galardón conmigo, para recompensar a cada uno según sea su obra. 13Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin, el primero y el último.14Bienaventurados los que lavan sus ropas, para tener derecho al árbol de la vida, y para entrar por las puertas en la ciudad. 15Mas los perros (homosexuales) estarán fuera, y los hechiceros, los fornicarios, los homicidas, los idólatras, y todo aquel que ama y hace mentira.16Yo Yeshúa he enviado mi ángel para daros testimonio de estas cosas en las iglesias. Yo soy la raíz y el linaje de David, la estrella resplandeciente de la mañana. 17Y el Espíritu y la Esposa dicen: Ven. Y el que oye, diga: Ven. Y el que tiene sed, venga; y el que quiera, tome del agua de la vida gratuitamente. 18Yo testifico a todo aquel que oye las palabras de la profecía de este libro: Si alguno añadiere a estas cosas, Dios traerá sobre él las plagas que están escritas en este libro. 19Y si alguno quitare de las palabras del libro de esta profecía, Dios quitará su parte del libro de la vida, y de la santa ciudad y de las cosas que están escritas en este libro.20El que da testimonio de estas cosas dice: Ciertamente vengo en breve. Amén; sí, ven, Señor Yeshúa. 21La gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con todos vosotros. Amén.”
Tengamos conciencia de que nuestro Señor Jesucristo es el testigo fiel, el primogénito de los muertos y el soberano de los reyes de la Tierra. El que nos amó y nos lavó de nuestros pecados con su sangre, y nos hizo reyes y sacerdotes para Dios, su Padre; a Él sea la gloria e imperio por los siglos de los siglos. El que fue inmolado y con su sangre nos redimió, de todo linaje y lengua y pueblo y nación nos llamó para que reináremos sobre la tierra. (Apocalipsis 1.5-6 / 5.9-10)
“ 3Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo, 4según nos escogió en Él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de Él, 5en amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad, 6para alabanza de la gloria de su gracia, con la cual nos hizo aceptos en el Amado, 7en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados según las riquezas de su gracia, 8que hizo sobreabundar para con nosotros en toda sabiduría e inteligencia,9dándonos a conocer el misterio de su voluntad, según su beneplácito, el cual se había propuesto en sí mismo, 10de reunir todas las cosas en Cristo, en la dispensación del cumplimiento de los tiempos, así las que están en los cielos, como las que están en la tierra.11En él asimismo tuvimos herencia, habiendo sido predestinados conforme al propósito del que hace todas las cosas según el designio de su voluntad, 12a fin de que seamos para alabanza de su gloria, nosotros los que primeramente esperábamos en Cristo. 13En él también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa,14que es las arras (garantía) de nuestra herencia hasta la redención de la posesión adquirida, para alabanza de su gloria. (Efesios 1.3-14)
Alertamos que estos postreros días son tiempos peligrosos; la palabra de Dios será echada por tierra, e irán errantes de mar a mar, desde el norte hasta el oriente discurrirán buscando la palabra de Jehová (Heb. Yehová: El Eterno), y no la hallarán (2 Timoteo 3.1; Daniel 8.12; Amós 8.12). Por lo que le pedimos respaldar toda la información que encuentre importante para usted. Si este sitio ha sido de bendición para usted, compártalo y no olvide pedir por la paz en Israel. A los contumaces le recordamos: “4¡Oh almas adúlteras! ¿No sabéis que la amistad del mundo es enemistad contra Dios? Cualquiera, pues, que quiera ser amigo del mundo, se constituye enemigo de Dios. 5¿O pensáis que la Escritura dice en vano: El Espíritu que él ha hecho morar en nosotros nos anhela celosamente? (Santiago 4.4-5)
Se puede dar sin amar, pero no se puede AMAR sin dar. En un mundo donde el amor al dinero es la raíz de todos los males, debemos apartar nuestro corazón de toda codicia; es el momento de invertirlo todo en la obra del Señor, un momento para que el espíritu de Dios nos transforme, para que “Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Yeshúa, 6el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, 7sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; 8y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz. 9 Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre, 10 para que en el nombre de Yeshúa se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; 11y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre.” Porque en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos” (1 Timoteo 6.10 / Filipenses 2.5-8 / Hechos 4.12 / 2 Corintios 8)
Para finalizar deseamos que el Amor y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guarde vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Yeshúa. (Filipenses 4.7)
Bendiciones.