Muerte: lo que pasa cuando morimos

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“De cierto, de cierto os digo, que el que guardare mi palabra, no verá muerte para siempre.” (Juan 8.51; RVR 1909)

 

                Apreciado lector, el Señor enseñó que debíamos pedir que Su Reino se estableciera en la tierra (Mateo 6.10 / Lucas 11.2), el mensaje fue tan claro que incluso lo entendió uno de los malhechores que estaban colgados al lado de la cruz de Señor. Mientras uno de ellos le injuriaba, el otro le dijo: Y dijo a Jesús: Acuérdate de mí cuando vengas en tu reino (Lucas 23.42), El versículo siguiente (43) se encuentra mal traducido en la RVR 60, pues dice: 43 Entonces Jesús le dijo: De cierto te digo (que) hoy estarás conmigo en el paraíso.” El (que) que aparece en algunas versiones, no aparece en el original. El Señor no podía haber llevado a nadie al cielo ese mismo día, pues Él ascendió Tres días y tres noches  después (Juan 20.17), y porque el Paraíso estará en la tierra. La traducción correcta es: 43 Entonces Jesús le dijo: De cierto te digo hoy, estarás conmigo en el paraíso”. La palabra de Dios enseña que la vida eterna se da al regreso de Jesucristo. Leamos Mateo 16.27: “Porque el Hijo del Hombre vendrá en la gloria de su Padre con sus ángeles, y entonces pagará a cada uno conforme a sus obras” y en 2 Timoteo 4.8, dice: “Por lo demás, me está guardada la corona de justicia, la cual me dará el Señor, juez justo, en aquel día; y no sólo a mí, sino también a todos los que aman su venida.”

                El Señor nos advirtió que tratarían de engañarnos en el último tiempo (Mateo 24.4 / Marcos 13.5-6) Es muy extraño que siendo tan conocido el “Padre nuestro”, donde se pide que venga El Reino, se haya masificado la creencia pagana de la transmigración de las almas: que una vez muertos nos vamos en forma consciente al Paraíso u otro sitio, como si el Paraíso estuviese en el cielo. Esto es muy distinto de lo que la Biblia enseña. El diablo en el huerto de Edén dijo a Eva: “no moriréis”. Hoy sigue diciendo lo mismo a la humanidad, pero de otras maneras, como por ejemplo: reencarnación (no moriréis);  tránsito a otras dimensiones astrales, desdoblamiento (no moriréis);  transmigración de las almas (no moriréis);  comunicación con los muertos, espiritismo (no moriréis);  que los muertos van al paraíso, al purgatorio o al infierno (no moriréis); clonación –ciencia- (no moriréis). El tema es complicado pues hay indoctos que han torcido y siguen torciendo las escrituras; todos debiéramos entender que las parábolas son por lo general un relato algo largo, sacado de la naturaleza o de circunstancias humanas, es decir un paralelo del hecho ficticio para hacer una comparación o símil, siendo su objetivo la enseñanza de una lección espiritual; en el caso de un dicho corto se puede calificar como proverbio. En términos simples una parábola es un suceso irreal. Pero hay algunos que dan como hecho real la parábola del rico y el mendigo Lázaro (Lucas 16.20-31), haciendo eco de la célebre frase de la serpiente antigua: “No moriréis.

 

Otros ejemplos a considerar:

  • Algunos ocupan el caso del profeta Elías que subió al cielo en un torbellino, en un carro de fuego con caballos de fuego (2º Reyes 2.11), y agregan que “no vio muerte”, cuando lo que la Biblia dice es que Eliseo nunca más le vio (versículo 12), pero no consideran la carta de reconvención escrita mucho tiempo después de este hecho, por el propio profeta Elías dirigida al rey Joram (2º Crónicas 21.12)
  • En el caso de Enoc, la Biblia dice que él desapareció (Heb. Fue tomado), porque le llevó Dios, pero no dice que tenga inmortalidad (Génesis 5.24). El libro de Hebreos dice: “Por la fe Enoc fue traspuesto para no ver muerte, y no fue hallado, porque lo traspuso Dios;” (Hebreos 11.5) pero esto de ninguna manera confirma que Enoc tenga  
  • Un caso que tiene las mismas características de Enoc, es el de Felipe y el etíope. Después de la conversión del eunuco ocurrida en el desierto en el camino que va de Jerusalén a Gaza, el Espíritu del Señor arrebató a Felipe y se encontró en Azoto, aproximadamente a 20 Km del lugar en que fue transpuesto (Hechos 8.39-40)
  • En Marcos 9.1-8, el Señor dijo: “[…] De cierto os digo que hay algunos de los que están aquí, que no gustarán la muerte hasta que hayan visto el reino de Dios venido con poder. 2Seis días después, Jesús tomó a Pedro, a Jacobo y a Juan, y los llevó aparte solos a un monte alto; y se transfiguró (transformó) delante de ellos. 3Y sus vestidos se volvieron resplandecientes, muy blancos, como la nieve […] 4 Y les apareció Elías con Moisés, que hablaban con Jesús. 5 Entonces Pedro dijo a Jesús: Maestro, bueno es para nosotros que estemos aquí; y hagamos tres enramadas, una para ti, otra para Moisés, y otra para Elías. 6 Porque no sabía lo que hablaba, pues estaban espantados. 7 Entonces […] desde la nube una voz que decía: Este es mi Hijo amado; a él oíd. 8 Y luego, cuando miraron, no vieron más a nadie consigo, sino a Jesús solo.” ¡Esto es sólo una visión del reino venido!
  • El apóstol Pablo también tiene una experiencia maravillosa, pero él no sabe si es una visión del reino o si estuvo en cuerpo presente.  Leamos el testimonio: “Ciertamente no me conviene gloriarme; pero vendré a las visiones y a las revelaciones del Señor. 2 Conozco a un hombre en Cristo, que hace catorce años (si en el cuerpo, no lo sé; si fuera  del cuerpo, no lo sé; Dios lo sabe) fue arrebatado hasta el tercer cielo. 3 Y conozco al tal hombre (si en el cuerpo, o fuera del cuerpo, no lo sé; Dios lo sabe), 4 que fue arrebatado al paraíso, donde oyó palabras inefables que no le es dado al hombre expresar.” (2 Corintios 12.1-4) El hecho que Pablo diga que de alguna forma estuvo en el Paraíso en el tercer cielo, en ninguna manera nos garantiza que los seres humanos una vez muertos, inmediatamente y en forma consciente seremos llevados al tercer cielo ante la presencia de Dios, negando de esta forma escrituras que no permiten interpretación.

 

                Pero no le crea al enemigo (el diablo), créale a la Biblia. En la palabra de Dios el mismo apóstol Pablo que tuvo la experiencia anterior nos revela claramente que el Señor Jesús de Nazaret es “el único que tiene inmortalidad”, leamos  1 Timoteo 6.14-16: “que guardes el mandamiento sin mácula ni reprensión, hasta la aparición de nuestro Señor Jesucristo, 15 la cual a su tiempo mostrará el bienaventurado y solo Soberano, Rey de reyes, y Señor de señores, 16 el único que tiene  inmortalidad, que habita en luz inaccesible; a quien ninguno de los hombres ha visto ni puede ver, al cual sea la honra y el imperio sempiterno. Amén.” La Biblia dice claramente que los muertos están descansando, incluso los mártires de la palabra de Dios que se encuentran durmiendo bajo el altar, pasemos a Apocalipsis 6.11 “Y se les dieron vestiduras blancas, y se les dijo que descansasen todavía un poco de tiempo, hasta que se completara el número de sus consiervos y sus hermanos, que también habían de ser muertos como ellos.” La pregunta que surge es: ¿por qué son despertados estos mártires de la palabra? Lo primero que debemos entender es que antes de la fiesta de pentecostés del año en que el Señor fue crucificado, ningún ser humano recibió el Espíritu Santo (Juan 7.39), antes del cumplimiento de este ensayo (pentecostés) el Espíritu venía sobre los profetas (Jueces 11.29 / 1 Samuel 10.6 / 2 Reyes 2.15 / Isaías 61.1 / Ezequiel 11.5); sólo a partir del cumplimiento de esta festividad el Espíritu del Señor pasa a morar en sus Santos como estaba profetizado en Jeremías 31.31-33 “He aquí que vienen días, dice Jehová, en los cuales haré nuevo pacto con la casa de Israel y con la casa de Judá […]33 Pero este es el pacto que haré con la casa de Israel después de aquellos días, dice Jehová: Daré mi ley en su mente, y la escribiré en su corazón; y yo seré a ellos por Dios, y ellos me serán por pueblo.” También estaba profetizado en Joel 2.28-29: “Y después de esto derramaré mi Espíritu sobre toda carne, y profetizarán vuestros hijos y vuestras hijas; vuestros ancianos soñarán sueños, y vuestros jóvenes verán visiones. Y también sobre los siervos y sobre las siervas derramaré mi Espíritu en aquellos días.” Piense que muchos profetas y justos desearon ver la primera venida del Señor, y no la vieron  (Mateo 13.17); analicemos el caso del profeta Daniel: “Y tú irás hasta el fin, y reposarás, y te levantarás para recibir tu heredad al fin de los días.” (Daniel 12.13) Este ejemplo de Daniel nos ilustra claramente por qué estos Santos son despertados por un instante para recibir sus vestiduras blancas: ¡sin estas vestiduras no podrían resucitar para la segunda venida del Señor! y su resurrección sólo sería en cuerpo físico, para el juicio, al final del milenio. Como todos los seres humanos, Daniel por sí solo no podría heredar el Reino de Dios: necesita arrepentirse y aceptar el Sacrificio del Señor Jesús de Nazaret (Yashúa: Yáhue salva). Daniel murió sin tener el Espíritu del Señor, pero con la certeza de que iba a resucitar para la final trompeta. Leamos Daniel 12.13: “Y tú irás hasta el fin, y reposarás, y te levantarás para recibir tu heredad al fin de los días.” Por la fidelidad de Dios, Daniel es despertado para recibir las vestiduras blancas que lo hacen digno, al igual que a nosotros, de ser confesado delante del Padre (Apocalipsis 3.4-5 / 3.18); después de ser santificado, Daniel es puesto a reposar nuevamente hasta la resurrección de todos los que duermen y/o de la transformación de todos los que estén vivos en la segunda venida del Señor.

                No se deje embaucar por ideas orientales, ni por medio de filosofías y huecas sutilezas, según las tradiciones de los hombres, conforme a los rudimentos del mundo y no según Cristo. Porque en él habita corporalmente toda la plenitud de la deidad (Colosenses 2.8-9). Los muertos no pueden trabajar, ni hacer obra alguna, nunca tendrán parte en todo lo que se hace debajo del sol (Eclesiastés 9.6). Los muertos están ¡MUERTOS! (Génesis 2.17) (Romanos 5.12), la muerte es el postrer enemigo que será destruido (1 Corintios 15.26) (Apocalipsis 20.14)

                No se deje engañar por aquellos que tienen vanamente hinchada su propia mente carnal (Colosenses 2.18), han predicado doctrinas (en muchos casos de demonios, 1 Timoteo 4.1-3) en nombre de falsos maestros, iluminados, intermediarios, santos hechos por voluntad de hombre, vírgenes, ángeles, hermanos mayores, etc.; estas ideas paganas, reforzadas con algunos avistamientos sobrenaturales, son solamente parte del arsenal de engaños y señales que se le ha permitido al diablo efectuar a los moradores de la tierra, porque el mismo Satanás se disfraza como ángel de luz (2 Corintios 11.14)

                “Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre” (1 Timoteo 2.5) ¡No existe otro mediador! La escritura dice que la vida eterna se obtendrá cuando el Señor Venga en Su Reino a la tierra. Los que murieron en Cristo resucitarán y los que estén vivos serán transformados, pero los otros muertos resucitarán en cuerpo físico mil años después, para el juicio que dura cien años (Isaías 65.20-25 / 1 Corintios 15.21-28 / Ezequiel 37.1-14 / Isaías 26.19 / 2 Timoteo 4.8). Durante el milenio Satanás será encerrado, pero al final de este período es dejado en libertad para que engañe a las naciones, con el propósito de permitir a los seres humanos optar libremente por Dios o por el camino del diablo. Considere que la Tierra en ese momento será un gran paraíso, gobernado por El Rey de Reyes, que no tendrá las maldiciones actuales; los animales no dañarán al hombre y todos conocerán las leyes de Dios (Isaías 2.1-4 / 11.6-9 /  Miqueas 4.3 / Apocalipsis 20.1-15) Finalmente, cuando los santos obtengan la vida eterna (cuando la cosecha esté completa), Dios el Padre descenderá del cielo en la Santa Ciudad, la Nueva Jerusalén, que es un cubo de 2.200 kilómetros de arista y Dios mismo estará con los hombres como su Dios (Apocalipsis 21.1-27) Algunas escrituras que lo confirman, son:

Eclesiastés 9.5-10  “Porque los que viven saben que han de morir; pero los muertos nada saben, ni tienen más paga; porque su memoria es puesta en olvido. 6También su amor y su odio y su envidia fenecieron ya (fallecieron ya); y nunca más tendrán parte en todo lo que se hace debajo del sol. 7Anda, y come tu pan con gozo, y bebe tu vino con alegre corazón; porque tus obras ya son agradables a Dios. 8En todo tiempo sean blancos tus vestidos, y nunca falte ungüento sobre tu cabeza. 9Goza de la vida con la mujer que amas, todos los días de la vida de tu vanidad que te son dados debajo del sol, todos los días de tu vanidad; porque esta es tu parte en la vida, y en tu trabajo con que te afanas debajo del sol. 10Todo lo que te viniere a la mano para hacer, hazlo según tus fuerzas;  porque en el sepulcro, adonde vas, no hay obra, ni trabajo, ni ciencia, ni sabiduría”

Isaías 26.19  Tus muertos vivirán; sus cadáveres resucitarán. ¡Despertad y cantad, moradores del polvo! porque tu rocío es cual rocío de hortalizas, y la tierra dará sus muertos”

1 Corintios 15.21-28 “Porque por cuanto la muerte entró por un hombre, también por un hombre la resurrección de los muertos. 22Porque así como en Adán todos mueren, también en Cristo todos serán vivificados. 23Pero cada uno en su debido orden: Cristo, las primicias;  luego los que son de Cristo, en su venida. 24Luego el fin, cuando entregue el reino al Dios y Padre, cuando haya suprimido todo dominio, toda autoridad y potencia. 25Porque preciso es que Él reine hasta que haya puesto a todos sus enemigos debajo de sus pies. 26Y el postrer enemigo que será destruido es la muerte. 27Porque todas las cosas las sujetó debajo de sus pies. Y cuando dice que todas las cosas han sido sujetadas a Él, claramente se exceptúa aquel que sujetó a Él todas las cosas. 28Pero luego que todas las cosas le estén sujetas, entonces también el Hijo mismo se sujetará al que le sujetó a Él todas las cosas, para que Dios sea todo en todos.”

Isaías 65.20-25 “No habrá más allí niño que muera de pocos días, ni viejo que sus días no cumpla; porque el niño morirá de cien años, y el pecador de cien años será maldito. 21Edificarán casas, y morarán en ellas; plantarán viñas, y comerán el fruto de ellas. 22No edificarán para que otro habite, ni plantarán para que otro coma; porque según los días de los árboles serán los días de mi pueblo, y mis escogidos disfrutarán la obra de sus manos.23No trabajarán en vano, ni darán a luz para maldición; porque son linaje de los benditos de Jehová, y sus descendientes con ellos 24Y antes que clamen, responderé yo; mientras aún hablan, yo habré oído. 25El lobo y el cordero serán apacentados juntos, y el león comerá paja como el buey; y el polvo será el alimento de la serpiente. No afligirán, ni harán mal en todo mi santo monte, dijo Jehová.”

Isaías 11.6-9 “Morará el lobo con el cordero, y el leopardo con el cabrito se acostará; el becerro y el león y la bestia doméstica  andarán juntos, y un niño los pastoreará.7La vaca y la osa pacerán, sus crías se echarán juntas; y el león como el buey comerá paja. 8Y el niño de pecho jugará sobre la cueva del áspid, y el recién destetado extenderá su mano sobre la caverna de la víbora. 9No harán mal ni dañarán en todo mi santo monte;  porque la tierra será llena del conocimiento de Jehová, como las aguas cubren el mar.”

Miqueas 4.3 “Y él juzgará entre muchos pueblos, y corregirá a naciones poderosas hasta muy lejos; y martillarán sus espadas para azadones, y sus lanzas para hoces; no alzará espada nación contra nación, ni se ensayarán más para la guerra.”

Apocalipsis 20.1-15  “Vi a un ángel que descendía del cielo, con la llave del abismo, y una gran cadena en la mano. 2Y prendió al dragón, la serpiente antigua, que es el diablo y Satanás, y lo ató por mil años; 3y lo arrojó al abismo, y lo encerró, y puso su sello sobre él, para que no engañase más a las naciones, hasta que fuesen cumplidos mil años; y después de esto debe ser desatado por un poco de tiempo. 4Y vi tronos, y se sentaron sobre ellos los que recibieron facultad de juzgar; Y vi las almas de los decapitados por causa del testimonio de Jesús y por la palabra de Dios, los que no habían adorado a la bestia ni a su imagen, y que no recibieron la marca en sus frentes ni en sus manos; y vivieron y reinaron con Cristo mil años. 5Pero los otros muertos no volvieron a vivir hasta que se cumplieron mil años. Esta es la primera resurrección. 6Bienaventurado y santo el que tiene parte en la primera resurrección; la segunda muerte no tiene potestad sobre éstos, sino que serán sacerdotes de Dios y de Cristo, y reinarán con él mil años. 7Cuando los mil años se cumplan, Satanás será suelto de su prisión, 8y saldrá a engañar a las naciones que están en los cuatro ángulos de la tierra, a Gog y a Magog, a fin de reunirlos para la batalla; el número de los cuales es como la arena del mar. 9Y subieron sobre la anchura de la tierra, y rodearon el campamento de los santos y la ciudad amada; y de Dios descendió fuego del cielo, y los consumió. 10Y el diablo que los engañaba fue lanzado en el lago de fuego y azufre, donde estaban la bestia y el falso profeta; y serán atormentados día y noche por los siglos de los siglos. 11Y vi un gran trono blanco y al que estaba sentado en él, de delante del cual huyeron la tierra y el cielo, y ningún lugar se encontró para ellos. 12Y vi a los muertos, grandes y pequeños, de pie ante Dios; Y los libros fueron abiertos, y otro libro fue abierto, el cual es el libro de la vida; y fueron juzgados los muertos por las cosas que estaban escritas en los libros, según sus obras. 13Y el mar entregó los muertos que había en él; y la muerte y el Hades entregaron los muertos que había en ellos; y fueron juzgados cada uno según sus obras. 14Y la muerte y el Hades fueron lanzados al lago de fuego. Esta es la muerte segunda. 15Y el que no se halló inscrito en el libro de la vida fue lanzado al lago de fuego.”

Apocalipsis 21.1-27  1Vi un cielo nuevo y una tierra nueva; porque el primer cielo y la primera tierra pasaron, y el mar ya no existía más. 2Y yo Juan vi la santa ciudad, la nueva Jerusalén, descender del cielo, de Dios, dispuesta como una esposa ataviada para su marido. 3Y oí una gran voz del cielo que decía: He aquí el tabernáculo de Dios con los hombres, y él morará con ellos; y ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará con ellos como su Dios. 4Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas pasaron.  5Y el que estaba sentado en el trono dijo: He aquí, yo hago nuevas todas las cosas. Y me dijo: Escribe; porque estas palabras son fieles y verdaderas. 6Y me dijo: Hecho está. Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin. Al que tuviere sed, yo le daré gratuitamente de la fuente del agua de la vida. 7El que venciere heredará todas las cosas, y yo seré su Dios, y él será mi hijo. 8Pero los cobardes e incrédulos, los abominables y homicidas, los fornicarios y hechiceros, los idólatras y todos los mentirosos tendrán su parte en el lago que arde con fuego y azufre, que es la muerte segunda.  9Vino entonces a mí uno de los siete ángeles que tenían las siete copas llenas de las siete plagas postreras, y habló conmigo, diciendo: Ven acá, yo te mostraré la desposada, la esposa del Cordero. 10Y me llevó en el Espíritu a un monte grande y alto, y me mostró la gran ciudad santa de Jerusalén, que descendía del cielo, de Dios, 11teniendo la gloria de Dios. Y su fulgor era semejante al de una piedra preciosísima, como piedra de jaspe, diáfana como el cristal. 12Tenía un muro grande y alto con doce puertas; y en las puertas, doce ángeles, y nombres inscritos, que son los de las doce tribus de los hijos de Israel; 13al oriente tres puertas; al norte tres puertas; al sur tres puertas; al occidente tres puertas. 14Y el muro de la ciudad tenía doce cimientos, y sobre ellos los doce nombres de los doce apóstoles del Cordero.  15El que hablaba conmigo tenía una caña de medir, de oro, para medir la ciudad, sus puertas y su muro. 16La ciudad se halla establecida en cuadro, y su longitud es igual a su anchura; y él midió la ciudad con la caña, doce mil estadios (2.200 Kms.); la longitud, la altura y la anchura de ella son iguales. 17Y midió su muro, ciento cuarenta y cuatro codos (65 mts.), de medida de hombre, la cual es de ángel. 18El material de su muro era de jaspe; pero la ciudad era de oro puro, semejante al vidrio limpio; 19y los cimientos del muro de la ciudad estaban adornados con toda piedra preciosa. El primer cimiento era jaspe; el segundo, zafiro; el tercero, ágata; el cuarto, esmeralda; 20el quinto, ónice; el sexto, cornalina; el séptimo, crisólito; el octavo, berilo; el noveno, topacio; el décimo, crisopraso; el undécimo, jacinto; el duodécimo, amatista. 21Las doce puertas eran doce perlas; cada una de las puertas era  una perla. Y la calle de la ciudad era de oro puro, transparente como vidrio.  22Y no vi en ella templo; Porque el Señor Dios Todopoderoso es el templo de ella, y el Cordero. 23La ciudad no tiene necesidad de sol ni de luna que brillen en ella; porque la gloria de Dios la ilumina, y el Cordero es su lumbrera. 24Y las naciones que hubieren sido salvas andarán a la luz de ella; y los reyes de la tierra traerán su gloria y honor a ella. 25Sus puertas nunca serán cerradas de día, pues allí no habrá noche. 26Y llevarán la gloria y la honra de las naciones a ella. 27No entrará en ella ninguna cosa inmunda, o que hace abominación y mentira, sino solamente los que están inscritos en el libro de la vida del Cordero”

Apreciado lector, las siguientes palabras son del Señor: 13Entrad por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta, y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella; 14porque estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan. 15Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces. 16Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos, o higos de los abrojos? 17Así, todo buen árbol da buenos frutos, pero el árbol malo da frutos malos. 18No puede el buen árbol dar malos frutos, ni el árbol malo dar frutos buenos. 19Todo árbol que no da buen fruto, es cortado y echado en el fuego. 20Así que, por sus frutos los conoceréis. 21No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos. 22Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? 23Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad.” (Mateo 7.13-23)

¡No todos somos hermanos! “Por cuanto los designios de la carne son enemistad contra Dios; porque no se sujetan a la ley de Dios, ni tampoco pueden; 8y los que viven según la carne no pueden agradar a Dios. 9Mas vosotros no vivís según la carne, sino según el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios mora en vosotros. Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de Él. (Romanos 8.7-9)

El Reino de Dios está a las puertas. Nuestra sociedad ha tomado una postura amoral, los humanos se han vuelto a pasiones vergonzosas,  pues aún las mujeres han cambiado el uso natural por el que es contra naturaleza, y de igual modo también los hombres, dejando el uso natural de la mujer, se encienden en su lascivia unos con otros, cometiendo hechos vergonzosos hombres con hombres (Romanos 1.18-32)  Estamos en un mundo en que cualquier degenerado se desnuda y hay que entenderlo; si una persona es violada hay que destinar cuantiosos recursos para recluir, alimentar y rehabilitar al depravado. Esta sociedad está fomentando la proliferación de toda clase de perversión, ¡El resultado será obviamente la obtención de una sociedad completamente pervertida! Como las sociedades de Sodoma y Gomorra, o como la generación de Noé, la del diluvio.

No se deje engañar: la paga del pecado es muerte (Romanos 6.23) El diablo dijo a Eva en el Jardín del Edén “no moriréis”; usted ya sabe el resultado y quién es el padre de mentira: no le crea a Satanás. Siguiendo con el desarrollo científico –Génesis 3.6: “Y vio (observación) la mujer que el árbol era bueno para comer, y que era agradable a los ojos, y árbol codiciable para alcanzar la sabiduría (razonamiento); y tomó de su fruto, y comió (experimentación); y dio también a su marido, el cual comió así como ella.” usando el método científico- jamás seremos como Dios y nunca podremos controlar la creación. La desobediencia al Eterno Dios ha condenado al mundo actual a un desenlace de autodestrucción inevitable y si el Señor tardara en venir, el mundo sería completamente aniquilado por el  mismo ser humano, o mejor dicho: ¡Aniquilado por el mismo ser inhumano!

Nuestra sociedad desafía al Creador y está atestada de toda injusticia: fornicación, perversidad, avaricia, maldad; envidia, homicidios, contiendas, engaños y malignidades; seres inhumanos, injuriosos, soberbios, altivos, inventores de males, desobedientes a los padres, necios, desleales, sin afecto natural, implacables, sin misericordia. Se debe dejar claramente establecido que fue Dios quien creó el Árbol de la Ciencia del bien y del mal; el ser humano sólo ha mal utilizado un conocimiento para el cual no está capacitado. Nuestra sociedad ha llegado al colmo de la maldad: los científicos han clonado cuerpos humanos; si Dios no interviniera, la raza humana sería aniquilada por estos necios, a cuyas mentes entenebrecidas no les importa el potencial destructivo de sus lucrativas actividades. Los frutos están a la vista: cada día niños de menor edad se inician en el tabaco, las drogas, el alcohol y el sexo.

        Ore para que el Señor le dé un limpio corazón y le abra el entendimiento, para que pueda comprender y no esté dentro del grupo de personas que describe el profeta Isaías: Pasemos a Juan 12.38-40: para que se cumpliese la palabra del profeta Isaías, que dijo: Señor, ¿quién ha creído a nuestro anuncio? ¿Y a quién se ha revelado el brazo del Señor? 39 Por esto no podían creer, porque también dijo Isaías: 40 Cegó los ojos de ellos, y endureció su corazón; Para que no vean con los ojos, y entiendan con el corazón, Y se conviertan, y yo los sane.”

        Para finalizar, en este punto se recuerda: Examinadlo todo; retened lo bueno 22Absteneos de toda especie de mal  23 Y el mismo Dios de paz os santifique por completo; y todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sea guardado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo.” (1 Tesalonicenses 5.21-23)

        Esperando en el Señor que estas palabras sirvan para la edificación de los que con humildad se acerquen y se sometan sin temor ni condiciones a la voluntad de Dios, nos despedimos deseándoles que: “Gracia y paz sean a vosotros, de Dios el Padre y de nuestro Señor Jesucristo, 4el cual se dio a sí mismo por nuestros pecados para librarnos del presente siglo malo, conforme a la voluntad de nuestro Dios y Padre, 5 a quien sea la gloria por los siglos de los siglos. Amén.” (Gálatas 1.3-5)

 

Bendiciones.

 

Información complementaria

 

ALBERGUE: fulake (φυλακή, 5438), guardia, se usa del lugar donde se tiene a las personas bajo vigilancia (similar a fulax, guardián), y se traduce generalmente «cárcel». Se usa como «albergue» en Ap 18.2, traduciéndose las dos veces que se halla en este versículo como «guarida» (de todo espíritu inmundo) y «albergue»(de toda ave inmunda), CALABOZO, GUARDIA, GUARIDA, VIGILIA.1

 

HADES: Transcripción de una palabra griega empleada en la LXX para traducir el vocablo hebreo → Seol, morada de los muertos, buenos y malos sin distinción. Al Hades se le conceptúa como debajo de la tierra (Mt 11.23; Lc 10.15); se entra a él a través de puertas que simbolizan el poder de la muerte (Mt 16.18). Se menciona en relación con la muerte de Jesucristo (Hch 2.27, 31; cf. Sal 16.10). Como consecuencia del desarrollo doctrinal en los últimos libros del Antiguo Testamento, el concepto del Seol se bifurcó, y el Hades llegó a referirse al lugar de oscuridad y sufrimiento reservado para los impíos (→ Hinom, infierno, Lc 16.23), mientras → Seno de Abraham y → Paraíso indicaban el destino de los piadosos. Relacionado íntimamente con la → Muerte, el Hades casi se personifica en Ap 1.18; 6.8; 20.13s (cf. 1 Co 15.55)

 

INFIERNO: Geenna (γεέννα, 1067) representa el término hebreo Ge-Hinnom (el valle de Tofet) y una palabra aramea correspondiente. Se encuentra doce veces en el NT, once de ellas en los Evangelios Sinópticos, y en cada caso es mencionado por el mismo Señor. El que le diga a su hermano, fatuo (INSENSATO), quedará expuesto «al infierno de fuego» (Mt 5.22); es mejor arrancar (descripción metafórica de una ley irrevocable) un ojo que haga caer a su poseedor, y no que «todo su cuerpo sea echado al infierno» (v. 29); similarmente con la mano (v. 30). En Mt 18.8-9 se repiten las amonestaciones, con una mención adicional al pie. Aquí, también la advertencia va dirigida a la persona misma, a la que se refiere evidentemente el término «cuerpo» en el cap. 5. En el v. 8, «el fuego eterno» es mencionado como la condenación, dándose el carácter de la región por la misma región, quedando ambos aspectos combinados en la frase «el infierno de fuego» (v. 9). El pasaje de Mc 9.43-47 es paralelo al de Mt 18. En este se añaden descripciones más extensas, como «fuego que no puede ser apagado» y «donde el gusano de ellos no muere, y el fuego nunca se apaga». El hecho de que Dios «después de haber quitado la vida, tiene poder de echar en el infierno», constituye una razón para que se le tema con el temor que preserva del mal hacer (Lc 12.5); el pasaje paralelo a este en Mt 10.28 declara, no el arrojamiento adentro, sino la pérdida que sigue, esto es, la destrucción (no la pérdida del ser, sino del bienestar) del «alma y el cuerpo en el infierno».

 

DESCENSO AL INFIERNO: Doctrina según la cual Jesucristo, después de su muerte y antes de su resurrección, descendió a la morada de los muertos: • Hades (griego) o • Seol (hebreo). Esta doctrina, no se enseña explícitamente en el Nuevo Testamento, solo en el siglo II se hallaba en los escritos patrísticos y en el siglo IV se encuentra en todos los credos de la iglesia. En Mt 23 el Señor denuncia a los escribas y fariseos, que, al proselitizar a alguien, lo hacían «dos veces más hijos del infierno» que ellos mismos (v. 15), siendo esta frase expresiva de carácter moral, y anuncia la imposibilidad de que escapen «de la condenación del infierno» (v. 33). En Santiago 3.6 se describe el infierno como la fuente del mal hecho por el mal uso de la lengua. Aquí la palabra significa los poderes de las tinieblas, cuyas características y destino son los del infierno. Para términos descriptivos del infierno, véanse, p.ej., Mt 13.42; 25.46; Flp 3.19; 2 Ts 1.9; Heb 10.39; 2 P 2.17; Jud 13; Ap 2.11; 19.20; 20.6, 10, 14; 21.8.

 

ÁNGELES QUE PECARON: 2 Pedro 2:4 Porque si Dios no perdonó a los ángeles que pecaron, sino que arrojándolos al infierno {tartaroo (ταρταρόω)} los entregó a prisiones (Tártaro, calabozos) de oscuridad, para ser reservados (guardados) al juicio.

Tartaroo (ταρταρόω,), traducido «arrojándolos al infierno» en 2 Pedro 2.4, significa consignar al Tártaro, que no es ni el Seol ni el Hades, ni el infierno, sino el lugar en el que aquellos ángeles cuyo pecado especial es mencionado en aquel pasaje se hallan en cadenas, «para ser reservados al juicio»; la región es descrita como «prisiones de oscuridad» o, como bien «abismos de tinieblas» Judas 6: “Y a los ángeles que no guardaron su dignidad, sino que abandonaron su propia morada, los ha guardado bajo oscuridad, en prisiones eternas, para el juicio del gran día;”(RVR 1960) Judas 6: “y a (los) ángeles que no guardaron la de ellos preeminencia, sino que abandonaron la propia morada, para (el) juicio de(l) gran día en prisiones perpetuas bajo oscuridad ha guardado;” (interlineal griego español, de Francisco Lacueva)

 

BIBLIOGRAFÍA.

  1. Bietenhard, “Infierno”, DTNT, t(t). II, pp. 347–353; R. Lachenschmidt, “Infierno”, Sacramentum mundi, 1972, t(t). III, cols. 903–910; K. H. Schelkle, Teología del Nuevo Testamento, 1978, t(t). IV, pp. 176–184; J. Micht, “Infierno”, °DTB, 1967, cols. 512–515; L. BofF, Hablemos de la otra vida, 1978. J. A. Beet, The Last Things, 1905; S. D. F. Salmond, The Christian Doctrine of Inmortality, 1907; J. W. Wenham, The Goodness of God, 1974; H. Bietenhard, NIDNTT 2, pp. 205–210; J. Jeremias, TDNT 1, pp. 9s., 146–149, 657s. Douglas, J. D., Nuevo Diccionario Bíblico Certeza, (Barcelona, Buenos Aires, La Paz, Quito: Ediciones Certeza) 2000, c1982.

 

 

1Vine, W. 2000, c1999. Vine diccionario expositivo de palabras del Antiguo y del Nuevo Testamento

exhaustivo (electronic ed.). Editorial Caribe: Nashville

 

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