Semana Santa, otra fiesta pagana
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Semana Santa: ¡Otra fiesta pagana, otro mandamiento de hombre!
La falta de rigurosidad con las escrituras ha permitido que la madre de todas las rameras (Apocalipsis 17.5) haya impuesto una verdadera sátira de la pascua. La fiesta de la pascua o de panes sin levadura, es un ensayo del cumplimiento del plan de salvación de Dios para la humanidad. Gran parte de la “cristiandad” ha sido engañada por el burlador que siempre, pensando en cambiar los tiempos y la ley (Daniel 7.25), se ha reído de los simples que: o bien no saben contar hasta tres o aceptan que el Señor es mentiroso. El Señor dijo en Mateo 12.39-40: “[…] La generación mala y adúltera demanda señal; pero señal no le será dada, sino la señal del profeta Jonás. 40Porque como estuvo Jonás en el vientre del gran pez tres días y tres noches, así estará el Hijo del Hombre en el corazón de la tierra tres días y tres noches”. Contemos: de “viernes santo” a sábado, una noche y un día; de sábado a domingo una noche y un día. Si alguno de los lectores no puede resolver esta “compleja ecuación”, le informamos que el resultado es: 2 días y 2 noches; tal vez para algunos es aceptable un 33% de error en las profecías o simplemente dirán que el Señor se equivocó, o peor que eso: están aceptando que Dios nos mintió.
Pero la Historia nos cuenta que en el Concilio de Nicea I (en el año 325) se estableció que la Pascua de Resurrección había ser celebrada cumpliendo determinadas normas:
- Que la Pascua se celebrase en domingo (día del sol).
- Que nunca coincidiese con la Pascua judía (Pésaj), que se celebra independientemente del día de la semana. De esta manera se evitarían paralelismos o confusiones entre ambas religiones.
- Se prohibía la celebración de la Pascua antes del equinoccio (antes de la entrada del Sol en Aries).
No obstante, siguió habiendo diferencias entre la Iglesia de Roma y la Iglesia de Alejandría, si bien el Concilio de Nicea dio la razón a los alejandrinos, estableciéndose la costumbre de que la fecha de la Pascua se calculaba en Alejandría, que lo comunicaba a Roma, la cual difundía el cálculo al resto de la “cristiandad”. Finalmente fue Dionisio el Exiguo (en el año 525) quien desde Roma convenció de las bondades del cálculo alejandrino, unificándose al fin el cálculo de la “pascua cristiana”.
Según esto, la Pascua de Resurrección es el domingo inmediatamente posterior a la primera luna llena tras el equinoccio de primavera, y se debe calcular empleando la luna llena eclesiástica; sin embargo, ésta casi siempre coincide con la luna llena astronómica, de modo que para efectos de cálculo es generalmente válido emplear la más tradicional definición astronómica. Por ello puede ser tan temprano como el 22 de marzo, o tan tarde como el 25 de abril.
En la Semana Santa el “cristianismo” celebra los eventos de fe relacionados a los últimos días de Jesús, incluyendo en particular su pasión, muerte y resurrección. (Wikipedia)
Si prefiere seguir en la comodidad de la Babilonia religiosa a la que el diablo lo tiene acostumbrado, siga guardando las tradiciones de hombre, coma alimentos inmundos (lea: Alimentación bíblica), coma “huevitos de chocolate” de conejo, conejo de la fiesta de la fertilidad cuya evolución ni siquiera la fantasiosa mente de Darwin logró teorizar, pero después no pregunte por qué sus hijos no obedecen al Señor y han preferido seguir la corriente del príncipe de la potestad del aire.
Si realmente ama al Señor y comprende que hemos sido comprados por un altísimo precio, entonces glorifique a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios (1 Corintios 6.20) (Juan 10.17-18)
Cuando el Señor saca a su pueblo de Egipto lo primero que actualiza es el calendario, pues le dice a Moisés en Éxodo 12.2-50 “Este mes os será principio de los meses; para vosotros será éste el primero en los meses del año.” Tenga presente que el día comienza a la puesta de sol, de tarde a tarde es medido (Levítico 23.32). Luego da las instrucciones de la pascua: Éxodo12.3 “Hablad a toda la congregación de Israel, diciendo: En el diez de este mes tómese cada uno un cordero según las familias de los padres, un cordero por familia[…]5El animal será sin defecto, macho de un año[…]6Y lo guardaréis hasta el día catorce de este mes, y lo inmolará toda la congregación del pueblo de Israel entre las dos tardes.” En este punto podemos destacar que el cordero se aparta al comienzo del día diez, y se sacrifica el cordero sin mancha cuatro días después, al comienzo del día catorce entre las dos tardes (entre la puesta de sol y la oscuridad), es decir desde el momento en que es apartado el cordero sin mancha hasta su ejecución pasan cuatro días. Este tiempo representa el periodo entre el momento en que es apartado el cordero en el Génesis 3.15, hasta el momento de su ejecución en Mateo 27.50. La equivalencia profética la encontramos en Pedro 3.8: “Mas, oh amados, no ignoréis esto: que para con el Señor un día es como mil años, y mil años como un día.” También esta equivalencia profética la encontraremos en Salmo 90.4.
Así como el cordero es ejecutado al cuarto día, de igual forma el Mesías es sacrificado al cuarto día profético: su muerte ocurrió en el año 4.000.
Sigamos en Éxodo 12.10 “Ninguna cosa dejaréis de él hasta la mañana; y lo que quedare hasta la mañana, lo quemaréis en el fuego.” Es decir no queda cadáver, como tampoco queda el cadáver del Señor, pues resucitó.
En Éxodo 12.13 encontramos: “Y la sangre os será por señal en las casas donde vosotros estéis; y veré la sangre y pasaré de vosotros, y no habrá en vosotros plaga de mortandad cuando hiera la tierra de Egipto.” Esto es un símbolo de la sangre del cordero (Cristo) que nos libra de la muerte eterna.
Pero ¿se debe guardar esta fiesta actualmente? Recuerde que nosotros, siendo olivo silvestre, fuimos injertados en el olivo auténtico como lo aclara Romanos 11.17 “Pues si algunas de las ramas fueron desgajadas, y tú, siendo olivo silvestre, has sido injertado en lugar de ellas, y has sido hecho participante de la raíz y de la rica savia del olivo.” Si ya pertenecemos al pueblo de Dios ¿Por cuánto tiempo debemos guardar las fiestas de Dios? Leamos Éxodo 12.14 “Y este día os será en memoria, y lo celebraréis como fiesta solemne para Jehová durante vuestras generaciones; por estatuto perpetuo lo celebraréis.”
Éxodo 12.15 “Siete días comeréis panes sin levadura; y así el primer día haréis que no haya levadura en vuestras casas; porque cualquiera que comiere leudado desde el primer día hasta el séptimo, será cortado de Israel.” Esto recuerda que cuando Dios saca a Israel de Egipto, el pueblo llevó antes de que leudasen sus masas envueltas en sábanas sobre sus hombros. Por eso cocieron tortas sin levadura de la masa que habían sacado de Egipto, pues no había leudado, porque al echarlos fuera los egipcios, no habían tenido tiempo ni para prepararse comida. La levadura es un símbolo del pecado (Levítico 6.17 / Lucas 21) y no significa que el ingerir levadura sea pecado: es sólo un símbolo que se usa para representarlo en esta fiesta.
Éxodo 12.16-20 dice: “El primer día habrá santa convocación (día 15 de abib o nisan), y asimismo en el séptimo día tendréis una santa convocación; ninguna obra se hará en ellos, excepto solamente que preparéis lo que cada cual haya de comer. 17Y guardaréis la fiesta de los panes sin levadura, porque en este mismo día saqué vuestras huestes de la tierra de Egipto; por tanto, guardaréis este mandamiento en vuestras generaciones por costumbre perpetua.” (¿Quién guío a la gran ramera para cambiar este mandamiento perpetuo?) “18En el mes primero comeréis los panes sin levadura, desde el día catorce del mes por la tarde hasta el veintiuno del mes por la tarde. 19Por siete días no se hallará levadura en vuestras casas; porque cualquiera que comiere leudado, así extranjero como natural del país, será cortado de la congregación de Israel. 20 Ninguna cosa leudada comeréis; en todas vuestras habitaciones comeréis panes sin levadura.” Aquí la levadura, símbolo del pecado, primero no debe entrar en nuestro cuerpo y luego no debe entrar en nuestro hogar. Esta es la manera que Dios diseñó para que nosotros en ocho días grabáramos en nuestra mente y corazón el rechazo absoluto al pecado. Piense cuantas víctimas de las drogas no hubiesen caído en sus redes si sus padres les hubieran enseñado a rechazar la droga de esta forma, o a huir de cualquier pecado de esta manera ¡No desprecie la Sabiduría Divina!
Otros dos detalles proféticos los encontramos en Éxodo 12.46
- “Se comerá en una casa,[…]” (Éxodo. 12.46)
Cumplimiento Mateo 26.17-20 “El primer día de la fiesta de los panes sin levadura, vinieron los discípulos a Jesús, diciéndole: ¿Dónde quieres que preparemos para que comas la pascua? 18Y él dijo: […]El Maestro dice: Mi tiempo está cerca; en tu casa celebraré la pascua con mis discípulos[…]19Y los discípulos[…]prepararon la pascua.” 20 “Y llegando el atardecer (comienzo del 14 de abib, entre la puesta de sol y la oscuridad), estaba reclinado a la mesa con los doce.” (Versículo 20 tomado del Interlineal Griego Español, de Francisco Lacueva).
- “[…]ni quebraréis hueso suyo”. (Éxodo 12.46)
Cumplimiento (Juan 19.33-37): “[…]como le vieron ya muerto, no le quebraron las piernas.”
Lo que popularmente se conoce como la última cena, es en realidad la última Pascua que el Señor guardó.
En el día miércoles 14 del mes de abib de hace 2000 años aproximadamente, el Señor se disponía a celebrar la Pascua (Hebreo Pésaj: pasar por alto) como acostumbraba hacerlo todos los años, pero esta celebración sería distinta a las anteriores, pues sería la última vez que la guardaría con sus discípulos, ya que se acercaba el momento que Dios había determinado que volvería al Padre de donde había salido. Este instante queda retratado en Juan 13.1 “Antes de la pascua, sabiendo Jesús que su hora había llegado para que pasase de este mundo al Padre, como había amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el fin (hasta lo sumo).” Cuando empezaba el miércoles 14 de ese mes abib (Hebreo: maduro), al atardecer, el Señor comienza a recordar la salida de los israelitas de Egipto (la Pascua), pero en esta ocasión revela la dimensión espiritual de la ceremonia y establece el NUEVO PACTO, tal como estaba profetizado con alrededor de 600 años de anticipación en Jeremías 31. 31-34. Pasemos a Marcos 14. 22-26 “Y mientras comían, Jesús tomó pan y bendijo, y lo partió y les dio, diciendo: Tomad, esto es mi cuerpo. 23Y tomando la copa, y habiendo dado gracias, les dio; y bebieron de ella todos.24Y les dijo: Esto es mi sangre del nuevo pacto, que por muchos es derramada. 25De cierto os digo que no beberé más del fruto de la vid, hasta aquel día en que lo beba nuevo en el reino de Dios. 26Cuando hubieron cantado el himno, salieron al monte de los Olivos.”
Es posible que nosotros, los seres humanos, no nos demos cuenta del daño que puede provocar el pecado (infracción de la ley [1 Juan 3. 4]) El Señor nos entregó su ley para protegernos, para beneficio de toda la humanidad; ¡Jamás acepte insinuación alguna de que Dios tiene un despropósito con nosotros! ¡No siga el ejemplo de Eva! ¿Ha notado que cuando se comete un pecado siempre existe un inocente que paga las consecuencias? Los pecados de toda la humanidad tuvieron que ser pagados por el más inocente de todos los seres humanos que han habitado esta Tierra.
En esa pascua el Señor, consciente del terrible momento que venía, en su angustia clama al Padre para que lo libre de ese trago amargo, suplica al único que lo podía librar de esa hora, pero lamentablemente Adán, Eva y el resto de la humanidad habíamos sellado la suerte del Señor y no existiendo alternativa, Jesús se somete mansamente, como un cordero, a la voluntad del Padre. El momento que tuvo que pasar el Señor para perdonar nuestras transgresiones es difícil de imaginar; Mateo lo describe así: Mateo 26.37-44 “Y tomando a Pedro, y a los dos hijos de Zebedeo, comenzó a entristecerse y a angustiarse en gran manera. 38Entonces Jesús les dijo: Mi alma está muy triste, hasta la muerte; quedaos aquí, y velad conmigo. 39Yendo un poco adelante, se postró sobre su rostro, orando y diciendo: Padre mío, si es posible, pase de mí esta copa; pero no sea como yo quiero, sino como tú. 40Vino luego a sus discípulos, y los halló durmiendo, y dijo a Pedro: ¿Así que no habéis podido velar conmigo una hora? 41Velad y orad, para que no entréis en tentación; el espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil. 42Otra vez fue, y oró por segunda vez, diciendo: Padre mío, si no puede pasar de mí esta copa sin que yo la beba, hágase tu voluntad. 43Vino otra vez y los halló durmiendo, porque los ojos de ellos estaban cargados de sueño. 44Y dejándolos, se fue de nuevo, y oró por tercera vez, diciendo las mismas palabras” El relato de Lucas nos describe la angustia que debió soportar por nuestras culpas el Señor; Lucas 22. 44 “Y estando en agonía, oraba más intensamente; y era su sudor como grandes gotas de sangre que caían hasta la tierra”. Considere que Jesús sabía exactamente lo que le esperaba; leamos Salmos 22.14 y 22.16-18 “14He sido derramado como aguas, Y todos mis huesos se descoyuntaron; Mi corazón fue como cera, Derritiéndose en medio de mis entrañas” , “16Porque perros me han rodeado; Me ha cercado cuadrilla de malignos; Horadaron mis manos y mis pies. 17Contar puedo todos mis huesos; Entre tanto, ellos me miran y me observan. 18Repartieron entre sí mis vestidos, Y sobre mi ropa echaron suertes” El propio Señor, aproximadamente 700 años antes, lo había confirmado por medio del profeta, en Isaías 53; Leemos: “1¿Quién ha creído a nuestro anuncio? ¿Y sobre quién se ha manifestado el brazo de Jehová? 2Subirá cual renuevo delante de Él, y como raíz de tierra seca; no hay parecer en Él, ni hermosura; le veremos, mas sin atractivo para que le deseemos. 3Despreciado y desechado entre los hombres, varón de dolores, experimentado en quebranto; y como que escondimos de Él el rostro, fue menospreciado, y no lo estimamos. 4Ciertamente llevó Él nuestras enfermedades y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido. 5Mas Él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre Él, y por su llaga fuimos nosotros curados. 6Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino; mas Jehová cargó en Él el pecado de todos nosotros. 7Angustiado Él, y afligido, no abrió su boca; como cordero fue llevado al matadero; y como oveja delante de sus trasquiladores, enmudeció, y no abrió su boca. 8Por cárcel y por juicio fue quitado; Y su generación, ¿quién la contará? Porque fue cortado de la tierra de los vivientes, y por la rebelión de mi pueblo fue herido. 9Y se dispuso con los impíos su sepultura, mas con los ricos fue en su muerte; aunque nunca hizo maldad, ni hubo engaño en su boca. 10Con todo eso, Jehová quiso quebrantarlo, sujetándole a padecimiento. Cuando haya puesto su vida en expiación por el pecado, verá linaje, vivirá por largos días, y la voluntad de Jehová será en su mano prosperada. 11Verá el fruto de la aflicción de su alma, y quedará satisfecho; por su conocimiento justificará mi siervo justo a muchos, y llevará las iniquidades de ellos. 12Por tanto, yo le daré parte con los grandes, y con los fuertes repartirá despojos; por cuanto derramó su vida hasta la muerte, y fue contado con los pecadores, habiendo Él llevado el pecado de muchos, y orado por los transgresores”.
Este impresionante relato de Isaías en los capítulos 52 y 53 se materializó hace 2000 años aproximadamente, tal como lo leemos de Mateo 27. 27-50 “Entonces los soldados del gobernador llevaron a Jesús al pretorio, y reunieron alrededor de Él a toda la compañía; 28y desnudándole, le echaron encima un manto de escarlata, 29y pusieron sobre su cabeza una corona tejida de espinas, y una caña en su mano derecha; e hincando la rodilla delante de Él, le escarnecían, diciendo: ¡Salve, Rey de los judíos!”
Un necesario paréntesis: en el Paraíso El Eterno dijo al hombre “[…]Por cuanto obedeciste a la voz de tu mujer, y comiste del árbol de que te mandé diciendo: No comerás de él; maldita será la tierra por tu causa; con dolor comerás de ella todos los días de tu vida.18Espinos y cardos te producirá,[…]” (Génesis 3.17-18), el sacrificio del Señor no sólo paga nuestros pecados, sino que también quita las maldiciones de la tierra, esa corona de espinas es otro símbolo del cumplimiento del plan de salvación de Dios.
Retomemos en Mateo 27. 30: “Y escupiéndole, tomaban la caña y le golpeaban en la cabeza. 31Después de haberle escarnecido, le quitaron el manto, le pusieron sus vestidos, y le llevaron para crucificarle” v. 37-51 “Y pusieron sobre su cabeza su causa escrita: ESTE ES JESÚS, EL REY DE LOS JUDÍOS. 38Entonces crucificaron con Él a dos ladrones, uno a la derecha, y otro a la izquierda. 39Y los que pasaban le injuriaban, meneando la cabeza, 40y diciendo: Tú que derribas el templo, y en tres días lo reedificas, sálvate a ti mismo; Si eres Hijo de Dios, desciende de la cruz. 41De esta manera también los principales sacerdotes, escarneciéndole con los escribas y los fariseos y los ancianos, decían: 42A otros salvó, a sí mismo no se puede salvar; si es el Rey de Israel, descienda ahora de la cruz, y creeremos en Él. 43Confió en Dios; líbrele ahora si le quiere; porque ha dicho: Soy Hijo de Dios. 44Lo mismo le injuriaban también los ladrones que estaban crucificados con Él 45Y desde la hora sexta (12 Hrs.) hubo tinieblas sobre toda la tierra hasta la hora novena (15 Hrs.) 46Cerca de la hora novena, Jesús clamó a gran voz, diciendo: Elí, Elí, ¿lama sabactani? Esto es: Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado? 47Algunos de los que estaban allí decían, al oírlo: A Elías llama éste. 48Y al instante, corriendo uno de ellos, tomó una esponja, y la empapó de vinagre, y poniéndola en una caña, le dio a beber. 49Pero los otros decían: Deja, veamos si viene Elías a librarle. 50Mas Jesús, habiendo otra vez clamado a gran voz, entregó el espíritu. 51Y he aquí, el velo del templo se rasgó en dos, de arriba abajo; y la tierra tembló, y las rocas se partieron” El Señor fallese el mismo miércoles 14, antes que comenzara el día de reposo (jueves 15), reposo correspondiente al primer día de panes sin levadura, descrito por el Apóstol Juan como un día de gran solemnidad (Juan 19.31). Como el día jueves 15 era un día de reposo (Shabbath) las mujeres siguieron y vieron el sepulcro, y cómo fue puesto allí su cuerpo antes de la puesta de sol, pero no pudieron comprar especias aromáticas para ungir el cuerpo, y descansaron el día de reposo (jueves 15) conforme al mandamiento (Lucas 23.54-56). Cuando pasó el día de reposo (jueves 15), es decir el viernes 16, María Magdalena, María la madre de Jacobo, y Salomé, compraron especias aromáticas para ir a ungirle. Este vienes 16 pertenece a la semana de panes sin levadura pero no es un día de reposo, por eso las mujeres pudieron comprar y luego preparar los elementos para la unción. Al ponerse el sol ese viernes 16, comenzó el sábado 17 (este es el día de reposo semanal para el pueblo de Dios), por lo que no pudieron ungir el cuerpo del Señor ese sábado y muy de mañana, el primer día de la semana (domingo 18), fueron al sepulcro, ya salido el sol (Marcos 16.1-3), pero el Señor ya había resucitado, el sábado 17 posiblemente poco después de la hora novena (15 Hrs.), para así cumplir con la señal de Jonás, “así estará el Hijo del Hombre en el corazón de la tierra tres días y tres noches” (Mateo 12.40). Contemos: de la hora novena del miércoles 14 a la hora novena del jueves 15, un día y una noche; de la hora novena del jueves 15 hasta la hora novena del viernes 16, dos días y dos noches; de la hora novena del viernes 16 a la hora novena del sábado 17, tres días y tres noches.
¡El Señor fue molido por nuestros pecados, éste es el precio pagado por nuestras rebeliones!
Por eso antes de pecar: ¡Recuerde que siempre, algún inocente es dañado por nuestras transgresiones!
Otro ensayo de la Pascua lo encontramos en Génesis 22.1-14 “1Aconteció después de estas cosas, que probó Dios a Abraham, y le dijo: Abraham. Y él respondió: Heme aquí. 2Y dijo: Toma ahora tu hijo, tu único, Isaac, a quien amas, y vete a tierra de Moriah, y ofrécelo allí en holocausto sobre uno de los montes que yo te diré.” (En Moriah se encuentra el Gólgota donde fue crucificado el Señor.) “3 Y Abraham se levantó muy de mañana, y enalbardó su asno, y tomó consigo dos siervos suyos, y a Isaac su hijo; y cortó leña para el holocausto, y se levantó, y fue al lugar que Dios le dijo. 4 Al tercer día alzó Abraham sus ojos, y vio el lugar de lejos[…]6 Y tomó Abraham la leña del holocausto, y la puso sobre Isaac su hijo, y él tomó en su mano el fuego y el cuchillo; y fueron ambos juntos.” (Isaac recorre este camino cargando los maderos; el mismo camino que recorren el Señor con su madero.) “9Y cuando llegaron al lugar que Dios le había dicho, edificó allí Abraham un altar, y compuso la leña, y ató a Isaac su hijo, y lo puso en el altar sobre la leña. 10Y extendió Abraham su mano y tomó el cuchillo para degollar a su hijo. 11Entonces el ángel de Jehová le dio voces desde el cielo, y dijo: Abraham, Abraham. Y él respondió: Heme aquí. 12Y dijo: No extiendas tu mano sobre el muchacho, ni le hagas nada; porque ya conozco que temes a Dios, por cuanto no me rehusaste tu hijo, tu único.” (Destacar aquí no sólo la obediencia de Abraham para sacrificar a su único hijo, sino también la obediencia de Isaac quien se deja atar y a quien Dios llama muchacho por ser un soltero, Isaac tenía más de 30 años de edad, y no era un niño como en la versión cinematográfica.) “13 Entonces alzó Abraham sus ojos y miró, y he aquí a sus espaldas un carnero trabado en un zarzal por sus cuernos;” (coronado de espinas) “y fue Abraham y tomó el carnero, y lo ofreció en holocausto en lugar de su hijo.” (El lugar del único hijo de Abraham es tomado por un inocente carnero como sustituto; el carnero es figura de Cristo y se encuentra coronado de espinas, igual que el Señor.)
Tenga presente que Adán, al ignorar las ordenes de Jehová Dios por escuchar la voz de su mujer, condena a muerte a toda la humanidad y por ésta imperdonable desobediencia de un hombre, se introduce el pecado en el mundo y se transmite por medio del varón y no por la mujer: la mujer porta el pecado original, pero no lo transmite. No olvidar que el hombre es la cabeza del matrimonio, y es él quien en definitiva responde ante Dios. Tal como lo explica el Apóstol Pablo en la epístola a los romanos: “Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron”. El Salvador nació de una mujer y su progenitor no es un ser humano, pues María queda embarazada por el Espíritu Santo, por eso el Señor Jesús de Nazaret es el único ser humano libre del pecado original, el Cordero sin mancha, no así el resto de la humanidad que es nacida cargando el pecado original, incluyendo a María, la madre de Jesús. El Señor sería herido en el talón (a esto equivale la muerte del Señor) pero el Señor aplasta en la cabeza a la serpiente (con su resurrección) (Génesis 3.1-24) (Isaías 7.14-16) (Lucas 1.26-38)
El Señor es nuestro Creador, leamos Juan 1.1-3: “En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. 2 Este era en el principio con Dios. 3Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho.”
¿SE HA PREGUNTADO POR QUÉ EL PADRE ACEPTA EL SACRIFICIO DEL SEÑOR?
Ocuparemos una analogía para entender por qué Dios acepta el sacrificio del Señor Jesús de Nazaret: suponga que usted es un gran artista y hace una obra maestra de gran valor; Pregunta: ¿Qué tiene más valor, usted o su obra? ¡Evidentemente el autor es mucho más valioso! Ciertamente usted como creador podría mejorar la obra realizada o hacer una nueva. Si entiende y está de acuerdo con esta lógica, entonces usted podrá comprender el por qué:
¡No hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos! (Hechos 4.12)
¡La vida de nuestro Creador, vale más que toda Su creación!
Esperamos haber sido de bendición para su vida y que la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guarde vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús. (Filipenses 4.7)
Bendiciones.
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